El peralte en una vía férrea es la inclinación transversal aplicada a las curvas para mejorar la seguridad y el confort del tren. Este peralte eleva el carril externo por encima del interno, ayudando a neutralizar las fuerzas centrífugas que tienden a desestabilizar el tren en las curvas. Esta inclinación mejora la distribución de la carga entre los carriles, lo que resulta en un guiado más estable del tren, un mayor confort para los pasajeros y una reducción en el desgaste del material rodante.
Las fórmulas del peralte teórico se derivan considerando un sistema de referencia no inercial y el equilibrio de fuerzas en un tren que circula por una curva. En una curva sin peraltar, la fuerza centrífuga incrementa la carga en las ruedas externas, lo que puede provocar desgaste y aumentar el riesgo de descarrilamiento. Con el peralte, una componente del peso del tren contrarresta esta fuerza, estabilizando el vehículo. El peralte teórico depende de la velocidad del tren y el radio de la curva, y no de la masa del tren.
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