Muy común el uso de este tipo de protección en los U.S., donde se usa mucho este tipo de protección en estructuras situadas en zonas con uso de sal para deshielo junto a carreteras. Sin embargo, requiere más
longitud de anclaje que los
armados tradicionales sin esta protección.
Sin embargo, no todos los profesionales están muy de acuerdo con su uso. Estudios realizados en el instituto Eduardo Torroja, arrojaron que si por colocación, acopio o traslado, la capa epoxi se rompe y deja al descubierto el acero, tienes un problema grave, ya que esa zona se comporta como ánodo y produce una corrosión muy localizada lo que puede acarrear la rotura del refuerzo, es cierto que en pilotes tendría menor importancia pero el problema está. Hay que ser honestos, la colocación, acopio o traslado no son operaciones fáciles y es muy probable que se rompa esta capa.
Profesionales del sector dicen "Los que hemos tratado con esta protección sabemos de la necesidad de procedimientos para reparar las picaduras antes del hormigónado y el cuidado en el acopio. Además, el trabajo de ferrara es muy especial, la armadura debe ser cortada y doblada antes de recibir el baño de époxico. El ferrallado en campo no es factible y en el caso del prefabricado es necesario llevar antes la armadura a proteger y después de vuelta colarse en las piezas necesarias".